¿Quiénes son los profesores que enseñan geografía en México?
¿Por qué ser profesor y por qué de geografía?
Ser profesor implica ser un humanista y disfrutar del trato con personas, particularmente
con niños y jóvenes. Las relaciones cognitivas y afectivas que establece en la escuela hacen de él un profesional de la educación que tiene como principal compromiso
la formación integral de sus alumnos. Sin embargo, los profesores que imparten Geografía en la primaria, la enseñan como una asignatura más que forma parte del currículo escolar. Así es desde su formación inicial en la escuela normal, donde sólo reciben dos cursos de Geografía y su enseñanza, lo que incide en la falta de formación geográfica.
La respuesta a la segunda pregunta, ¿por qué de geografía? tiene que ver con el interés por la naturaleza y las acciones de los seres humanos; en estas relaciones de la sociedad y la naturaleza es donde se encuentra la explicación primigenia e integradora que lleva al docente a entender el espacio y el tiempo en las particularidades de un mundo cambiante que se muestra como totalidad compleja, y es digno de ser estudiado.
Al profesor de Geografía le son significativos los procesos naturales y humanos
que se llevan a cabo en el espacio geográfico. En la posibilidad de mostrar los
cambios, las relaciones y las expresiones entre unos y otros procesos se encuentra el
sentido y la justificación de su trabajo como docente.
Ser profesor y de geografía, implica tomar dos decisiones personales; una, permeada
por la afinidad y la posición social y cultural que busca como proyecto de vida; y otra, que responde al interés de incorporarse laboralmente en el ámbito profesional de su preferencia. Además, el profesor se encuentra influido por procesos formativo-escolares iniciales, por las formas corporativas establecidas para el de su profesión y por el grado de certificación y legitimidad otorgada por el entorno de amigos, familiares y grupos de iguales.
Los perfiles profesionales.
La trascendencia social y cultural del trabajo de los profesores constituye la razón
principal de su práctica educativa, la cual requiere de maestros comprometidos
con la ciencia, la tecnología y el conocimiento, y también con el desarrollo humano,
la mejora económica y la sustentabilidad del ambiente.
Con base en los datos de 2004 de la SEP, se puede estimar que dos tercios del
total de los profesores de Geografía en servicio han egresado de las escuelas normales,
en tanto que un tercio lo hizo de otras instituciones, en su mayoría de universidades.
Esta condición repercute para la incorporación al trabajo docente y a
la construcción de la identidad profesional, donde los normalistas casi en su totalidad
se dedican a la docencia, alternándola con otras actividades económicas no
profesionales, y los universitarios se dedican a la docencia y a actividades propias
de sus profesiones.
Del total de profesores normalistas, 63% tienen como grado máximo de estudios
la educación normal, 20% estudios de otras licenciaturas, 10% ambas formaciones
y sólo 13% ha cursado algún posgrado. Sólo 10% de los profesores de secundarias
generales y 5% de los de secundarias técnicas tienen la formación normalista en la
especialidad de geografía (SEP, 2004).
Con datos de 2009 de SEP, se aprecia que 53% de los profesores que enseñan
Geografía en secundaria, egresaron de la escuela normal, 32% de universidad, 7%
del instituto y de 8% no se tienen datos.
Los perfiles deben orientarse hacia el desarrollo de los elementos teóricos, metodológicos
e instrumentales que exige la educación actualmente, así como al reconocimiento
de las habilidades intelectuales y al desarrollo de actitudes y valores
que permitan la formación de docentes con una actuación autónoma en una
diversidad de ambientes y comunidades de aprendizaje.
Los docentes consideran importante actualizarse mediante cursos o talleres
sobre técnicas y estrategias didácticas; orientación para la formación de los adolescentes;
técnicas y estrategias de evaluación, y contenidos de la asignatura que
imparten (SEP, 2004).
La trayectoria en el aula.
La trayectoria es el tránsito del maestro desde su formación hasta las prácticas laborales
en las que ha intervenido empleando los saberes especializados. Las competencias son los saberes que movilizan los profesores para realizar acciones
en situaciones concretas de su trabajo docente. Estas competencias profesionales
se centran en el uso interactivo de materiales de enseñanza, en la búsqueda, reflexión
y análisis de información relevante, en procesos de enseñanza y de aprendizaje
significativos y en alcanzar concordancia con el entorno cambiante por medio
de un pensamiento crítico y científico y la cooperación en grupos de trabajo a
partir de una sólida cultura individual (Zabalza, 2007).
Las competencias docentes pueden asociarse a varias perspectivas; una de
ellas es la racionalidad técnica de la filosofía positivista, la cual postula que los
profesionales resuelven problemas instrumentales bien estructurados mediante la
aplicación rigurosa de las teorías y técnicas que se derivan del conocimiento científico.
Sin embargo, los problemas que enfrentan los profesionales en situaciones
reales se ubican en lo que Schön denomina las zonas indeterminadas de la práctica,
que se caracterizan por la incertidumbre, la singularidad y el conflicto de
valores (Schön, 1992, en Díaz Barriga, 2006:9).
Se reconoce como trayectoria laboral de los profesores todas las situaciones que se suscitan en el desarrollo de su trabajo docente, donde la forma de tener acceso al empleo, el ingreso económico promedio y los años de servicio son importantes.
Sin dejar de valorar su compromiso, actitud, profesionalismo y dedicación observados durante su desempeño laboral.
Las competencias docentes.
en situaciones concretas de su trabajo docente. Estas competencias profesionales
se centran en el uso interactivo de materiales de enseñanza, en la búsqueda, reflexión
y análisis de información relevante, en procesos de enseñanza y de aprendizaje
significativos y en alcanzar concordancia con el entorno cambiante por medio
de un pensamiento crítico y científico y la cooperación en grupos de trabajo a
partir de una sólida cultura individual (Zabalza, 2007).
Las competencias docentes pueden asociarse a varias perspectivas; una de
ellas es la racionalidad técnica de la filosofía positivista, la cual postula que los
profesionales resuelven problemas instrumentales bien estructurados mediante la
aplicación rigurosa de las teorías y técnicas que se derivan del conocimiento científico.
Sin embargo, los problemas que enfrentan los profesionales en situaciones
reales se ubican en lo que Schön denomina las zonas indeterminadas de la práctica,
que se caracterizan por la incertidumbre, la singularidad y el conflicto de
valores (Schön, 1992, en Díaz Barriga, 2006:9).
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