¿Qué escuelas de Geografía para educar en ciudadanía?
1.-El mito de la geografía “en singular”: de la dialéctica de los
paradigmas a la pluralidad de enfoques.
Cuando se debate acerca de la
organización del currículo escolar se suele identificar cada materia escolar
con una sola manera de entender este conocimiento. En el caso de la geografía
se alude al papel de esta materia en la enseñanza o de su relación con la
historia y otras ciencias sociales. Todo un discurso que reduce su aportación a
una concepción decimonónica del saber académico.
El traslado de la geografía
académica al marco escolar.
Cuando en el siglo XX surgen
nuevas formas de entender la explicación geográfica del espacio, la
consiguiente especialización (geomorfología, climatología, biogeografía,
geografía del género...) da lugar a una fragmentación disciplinar que hace
difícil seguir manteniendo las mismas posiciones educativas. Los geógrafos universitarios
ya no mantenían unas metas semejantes, que estaban determinadas por la idea de
la armonía entre el medio físico y la acción antrópica. Aparecen nuevas
preocupaciones que no eran ajenas al crecimiento de la urbanización y de los
conflictos que aparecían en la ordenación del territorio.
La crisis de la educación
geográfica y de su pérdida de identidad surge en la segunda mitad del siglo XX
asociada en gran medida a su imagen de síntesis de conocimientos sobre un
territorio, que además solía coincidir con un Estadonación. En el campo de la
educación obligatoria la geografía debía consolidar su posición en el conjunto
de las ciencias sociales, lo que le daba lugar a que abandonara sus
preocupaciones ambientales.
la tradicional dicotomía entre historicismo
y positivismo, o entre ciencias idiográficas y nomotéticas, que sirvió para
entender la evolución de la geografía hasta los años setenta, se ha vuelto poco
útil para entender la diversidad de enfoques y paradigmas en los decenios que
significaron el cambio de siglo. Por eso entendemos que es útil recurrir a
esquemas, como el que ofrece el citado profesor Méndez, que diferencia tres
grandes líneas de conocimiento, atendiendo a la prioridad concedida a la
relevancia de valores propios de la materia o de la problemática social. Son
los enfoques idealistas, positivistas y críticos-radicales.
2.- Los modelos educativos y las teorías geográficas: De las teorías
paradigmáticas de aprendizaje a la diversidad social.
En relación con la educación que
se persigue a través de la geografía como materia de formación también
entendemos que existen diversas maneras de organizar los modelos curriculares;
o sea, cómo y qué se enseña.
Estudios realizados por los
profesores E. Ramiro (1998) y José A. Santiago (2003), en España y Venezuela
respectivamente, muestran una situación semejante, que no es extraña a otros
países iberoamericanos. La mayoría del profesorado entrevistado y encuestado seguía
utilizando como medio didáctico más importante el libro de texto (considerado
enciclopédico y obsoleto en muchas ocasiones) y reclamaban un uso mayor de
otros medios y actividades de investigación en la mejora del desarrollo
curricular.
A menudo, en los ámbitos
educativos, se identifica el saber académico con el conocimiento teórico y la
enseñanza de los profesores en el aula con la práctica docente. La confusión
estriba en presentar dos mundos opuestos, como si el saber académico se
elaborase al margen de las clases universitarias y la práctica de los centros
de enseñanzas primaria y secundaria se desarrollara sin ningún tipo de
reflexión teórica sobre el qué y el cómo enseñar a los alumnos unos contenidos
precisos.
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